Por Lic. Carolina Díaz Tieghi – Psicóloga – MN: 36.295
La actualidad imperante nos empuja hacia una transformación casi drástica en nuestros hábitos adquiridos.
Aprendemos de una manera lineal e uniforme, aplicando conocimientos y herramientas de la profesión, siempre dentro de un encuadre más o menos previsible. Por supuesto, con altas y bajas típicas que cada época conlleva. Pero el escenario hoy, cambia en su totalidad y nos resulta ajeno, desconocido y hasta inédito.
De repente nuestra vocación y fascinación por lo social, se ve afectada y coartada. Hoy no podemos abrir las puertas de nuestro consultorio u oficina, mirarnos a los ojos y tendernos la mano. Hoy las voces son distintas; las imágenes se congelan, van y vienen y los tiempos se desordenan. Los gestos y las expresiones se pausan y la comunicación toda, cambia…
Y, ¿Cómo hacemos ahora?
¿Cómo seguimos evaluando la personal?
Y es cierto si, llegó la incertidumbre para quedarse y de pronto, nos vimos inseguros y perdidos. Psicólogos acostumbrados a la escucha, a la observación, a la interpretación, a la contención y a la ayuda. Psicólogos dedicados a identificar recursos, capacidades, potencial y oportunidades de mejora para los aspirantes a un empleo o promoción de puesto.
¿Cómo lo hacíamos ahora con un monitor mediante?
Si bien, ya existían los Psicotécnicos a distancia, no eran nuestros predilectos. Esta vez, nos obligamos a repensarlos para continuar brindando el servicio en respuesta a las demandas de nuestros clientes.
Y así fue, asumimos el desafío, probamos y nos salió.
Gracias a la tecnología y a la ayuda de profesionales en sistemas, pudimos animarnos y nos reinventamos. Pudimos llevar las técnicas proyectivas y psicométricas a las pantallas con la misma fidelidad.
Re-aprendimos en nuestra búsqueda continua hacia la detección del talento humano, descubriendo los perfiles que más se adecuan a lo solicitado por las compañías. Implementamos cambios hacia una observación más aguda, exigente y minuciosa para adaptarnos a las circunstancias presentes que impactan en los proyectos laborales y personales de cada sujeto que evaluamos. Identificamos respuestas novedosas a los baremos de las pruebas avaladas durante años que, en el presente, no se pueden ignorar. Estudiamos e investigamos nuevas formas de expresión y de comunicarnos. Descubrimos también; situaciones y conductas de mayor informalidad, así como reacciones de alivio para los introvertidos y de mayor ansiedad para los no tanto…
La realidad nos enriquece y nos sorprende cada día, sin perder nuestro principal objetivo como profesionales y especialistas en evaluación. Continuamos trabajando y disfrutando de lo que hacemos, aunque muy bien sabemos que, apenas podamos, volveremos a nuestro espacio de encuentro personal, único e irremplazable.